Vender está sobrevalorado. Sí, lo dije. Y no me tiembla el pulso. Porque en un mundo donde todo el mundo intenta vender, lo que realmente hace que una marca destaque no es lo que dice… es lo que hace sentir ❤️🔥
Piénsalo un segundo: ¿qué recuerdas más, el último anuncio que viste con 30% de descuento o aquel vídeo que te puso la piel de gallina? Exacto. La emoción es el nuevo motor de conversión. Y si no estás tocando corazones, tu marketing suena a fondo de ascensor.
La gente no compra productos, compra sensaciones 🎯
¿Unos zapatos? No. Compran seguridad, estilo, autoestima.
¿Una agenda digital? No. Compran control, claridad, paz mental.
Las personas no eligen lo que vendes, eligen cómo las haces sentir. Si aún estás hablando solo de características técnicas, lo siento… estás haciendo marketing de la vieja escuela 👴
Lo que importa ahora no es si tu producto es el más rápido o el más barato. Lo que importa es si logras que tu audiencia diga “esto es para mí” sin dudar. Y eso no se consigue gritando más fuerte, sino emocionando con más fuerza.
Habla menos de ti y más de ellos 🧠❤️
Uno de los mayores errores de las marcas es hablar todo el rato de sí mismas: “Nosotros somos”, “Nosotros hacemos”, “Nuestros valores”. Bla, bla, bla.
Spoiler: a nadie le importa… hasta que les hablas de ellos mismos.
💬 ¿Entiendes sus miedos?
💬 ¿Sabes qué les quita el sueño?
💬 ¿Les haces sentir vistos, entendidos, parte de algo?
Ahí está la clave. Las marcas que emocionan no venden cosas, venden pertenencia, conexión, identidad. Y eso, Ninja, no se copia ni se compra. Se crea. Se siente. Se gana.
¿Y cómo se emociona sin sonar cursi? 🤷♂️
Tranquilo, no tienes que montar una peli dramática en cada post ni poner música épica en todos tus vídeos. El marketing emocional no va de llorar, va de conectar. Y se puede hacer con honestidad, con humor, con crudeza o incluso con sarcasmo. Pero siempre con verdad.
🎯 Cuenta historias reales: las tuyas, las de tus clientes, las del día a día.
🎯 Muestra el backstage, no solo lo bonito: lo que cuesta, lo que duele, lo que alegra.
🎯 Habla como una persona, no como un anuncio de teletienda.
🎯 Y sobre todo… deja de sonar perfecto. Lo perfecto aburre. Lo auténtico enamora. 🫶
Conecta primero, vende después 💸
Lo mejor del marketing emocional es que no empuja: atrae. Cuando haces bien este trabajo, no tienes que forzar una venta. La venta llega sola, porque tu audiencia ya confía en ti, ya se siente parte de tu marca. Y cuando eso pasa, ya no eres “una opción más”… eres la opción. ¿El resultado?
👉 Clientes que te eligen con el corazón
👉 Comunidad que te recomienda sin pedirlo
👉 Marcas que no solo venden… trascienden.
En resumen: si no se siente, no se compra 💭💸
Puedes tener el producto más innovador del planeta, pero si no haces sentir, eres invisible. El mundo no necesita más empresas que “ofrecen soluciones”. Necesita marcas que hablen con alma, comuniquen con propósito y se atrevan a emocionar. Así que la próxima vez que pienses en “cerrar una venta”, cámbialo por esto: “Quiero abrir una relación.”
Porque, Ninja, lo que se olvida se pierde. Pero lo que se siente… se queda ❤️🔥